El mas golpeado de las elecciones del domingo en Colombia es Oscar Iván Zuluaga. Las miradas están dadas para los triunfadores, las cifras y números están allí a la vista para engolosinarse con las interpretaciones. Cada quien buscara a quien apoyar, a cuál candidato seguir o empezar a respaldar. Pero Oscar Iván Zuluaga definitivamente es el gran perdedor. El gran humillado, el gran quemado. ¡Pobre hombre! Pocas personas han sido tan leales a una causa para recibir esta clase de trato. Creo que es hora de hacerle un acto de desagravio a un hombre bueno, capaz, cuyo peor pecado fue nunca haberse valorado como ser independiente y por “mendigar” la mirada de Uribe, ha sido humillado, menospreciado, ridiculizado.

El camino que le queda es la renuncia, para al menos él termine en su fuero interno con algo de dignidad. No puede seguir dejándose pordebajiar de tal manera. Su relación con el Centro Democrático se parece a esas relaciones de pareja, donde uno de los dos (casi siempre la mujer) percibe la “infidelidad”, la siente, la sufre en carne propia, pero, por noble y confiada, sigue esperando que las cosas cambien. “El si me quiere, me prometió que iba a cambiar, que ahora si, que yo soy el amor de su vida”. Entonces se la hacen una y otra vez, pero dado su “nobleza” (o poca autoestima) vuelve y arranca. Confía. “Ahora sí” se dice en el fondo de su corazón, ahora hemos aprendido, me valora y estará de mi lado. “Yo soy la escogida”, reflexión mas desde el deseo que con hechos reales que garanticen el cambio…

A Oscar Iván lo colocaron de mampara para que la extremista e incendiaria de Cabal no llegara. Zuluaga es un buen comodín. ¿Alguna vez lo ha visto bravo? Lo disfrazaron, lo ridiculizaron y ahora… lo arrinconan. Fico es el elegido, algo asï como el “gallo tapao”. Es “la otra” que llega y reemplaza a la “oficial”. El sabor de traición es no puede disimularse… O sea que la contienda electoral va a ser -otra vez- entre Petro y Uribe. A no ser que haya un centro, un verdadero centro, que nos libere de lo mismo. El país entra en una radicalización extrema donde tendremos que escoger…

La manera como se mueve la política podrá ser dinámica en la interpretación de muchos, pero es despreciable en la vida cotidiana. Me impacta el tratamiento a Oscar Iván Zuluaga, el aguante y victimismo que rodea su vida. Y muy delicado transmitir el concepto de que en política (o en el día a día) la lealtad se pague en forma tan humillante. La lealtad pareciera una emoción vergonzante. Zuluaga es el fiel representante de esta realidad. Uribe no va a querer perder (todo apunta a que ya lo es) por eso si se puede agarrar a una tabla de salvación lo hará, pase lo que pase, llévese a quien se lleve en su ambición de poder. Como ajedrecista, de acuerdo a sus intereses, sacó a María Fernanda Cabal, montó a Zuluaga (sumiso y manejable) pero ahora lo reemplaza con Fico, que tiene mas posibilidades de ganar. La gente de su partido con esa sumisión enfermiza que le profesan, no se atreve a cuestionar ninguna de las actitudes del jefe. Es “palabra de Dios”. Zuluaga saldrá por la puerta de atrás con una palmadita y “reconocimientos” especiales cuando se muera. Su partido le estará eternamente agradecido, pero él irá al asfalto. Y luego quieren que creamos en los políticos…

Gloria H. @GoriaHRevolturas

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Imagen de mohamed Hassan en Pixabay 

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